Por Karen De León Otaño
¿Por qué nos juntamos las SindicaListas? Porque queremos y podemos. Porque somos solidarias, valientes, empáticas, guerreras, combativas, brujas, intensas y afortunadas de tenernos. Porque nos da la gana. Y punto. Lo digo como declaración de principios. Lo nuestro es un ejercicio de estricta libertad. Nos juntamos porque lo colectivo nos empuja a hacer cosas necesarias y urgentes. Utilizamos el Junte de Mujeres SinidicaListas para pensarnos como tal, haciendo un ejercicio reflexivo sobre el sindicalismo que merecemos. Uno que mire el presente y lo que verdaderamente necesitamos, que provea advertencias y vislumbre un futuro distinto. Un sindicalismo feminista como acto revolucionario y de esperanza.
Aprovechamos el Junte para establecer lazos de comunicación, sustentados en los principios de honestidad intelectual y respeto hacia nuestras diferencias. Queremos hablarnos, escucharnos, comprendernos, aprender, acompañarnos y conspirar forjando un espacio colectivo de constante evolución.
En el Junte de Mujeres SindicaListas somos un grupo muy diverso que efectuamos nuestro activismo sindical desde múltiples uniones, tanto del servicio público como de la empresa privada. Pero este Junte también nace de un apremio muy particular que experimentamos desde hace largo rato. El apremio de problematizar, desde una perspectiva feminista y sindical, aquellos discursos, prácticas y esquemas de control y poder que implanta el patriarcado persistentemente, dentro y fuera de nuestras organizaciones sindicales.
Como parte de nuestra agenda de trabajo, el pasado 14 de octubre del 2022, celebramos con mucha alegría nuestra segunda actividad de encuentro, en las facilidades de la Unión General de Trabajadores (UGT). Allí nos juntamos un nutrido grupo de mujeres, de al menos diez organizaciones sindicales distintas. Algunas de las compañeras representamos a nuestros sindicatos y otras, por razones particulares, pero tampoco nuevas, asistieron en carácter personal. Porque, sépase, que hasta eso es cuestionado en algunos sindicatos.
La doctora Bianca Medina, profesora de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Humacao, y afiliada a la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU), ofreció la charla titulada "Retos de las mujeres sindicalistas en el Puerto Rico de ayer y hoy". Sin duda, lo expuesto por la compañera Medina motivó un valioso intercambio entre nosotras. En pequeños grupos de trabajo, y luego en pleno, discutimos esos retos que enfrentamos como mujeres sindicalistas. Buena radiografía para el movimiento sindical del país esa que expusimos detalladamente allí; retos viejos, retos nuevos, retos reciclados, retos de violencia dura, retos de violencia “blanda”, retos denunciados e ignorados y muchos más. La lista es larga. Pero no nos quedamos ahí. Discutimos igual sobre lo que toca hacer para superarlos colectivamente de una puta vez.
Espacio maravilloso el que logramos, porque es nuestro y pudimos expresar lo que vivimos, lo que pensamos, lo que nos gusta, lo que nos aborrece, lo que nos discrimina, lo que nos violenta. Igualmente, compartimos lo que nos resulta saludable, lo que nos define como mujeres sindicalistas, lo que hemos hecho y queremos hacer con este Junte. Se trata de un espacio para encontrarnos con nuestras hermanas de lucha.
Salimos de allí bien pompiás y con más ganas de seguir dando forma a nuestras metas y objetivos. Queremos seguir sumando mujeres. Muchas mujeres. Queremos crecer juntas, apoyarnos, darnos cariño y sobre todo generar propuestas con relación a la equidad, la diversidad, la inclusión, a los asuntos de género, entre otros temas. Continuar exigiendo verdadero respeto y visibilidad, no solo en los espacios de decisión dentro de nuestras uniones, sino también en los escritos, documentos, reglamentos, convenios colectivos, protocolos, manuales y todo lo que rige nuestra vida laboral.
Ardua tarea la que nos espera, lo sabemos. Trabajamos con mucha ilusión, pero no somos ilusas. Sabemos a qué nos enfrentamos. Conocemos las tácticas que usa el patriarcado para, de forma abierta o solapada, silenciarnos y tratar de seguir colocándonos en espacios de domesticidad. Estamos muy conscientes que lo nuestro incomoda a muchos, y ya lo estamos viendo. Vendrá el consabido ninguneo para tratar de silenciarnos. Vendrá la destitución de nuestros planteamientos porque, para muchos líderes y patronos, siempre habrá algo más urgente que la agenda de las mujeres. Es decir, la postergación permanente como es costumbre.
La agenda es amplia, pero la asumimos con el compromiso que nos distingue. El riesgo es grande, pero ¿qué es una SindicaLista que no asume riesgos? Pues una mera funcionaria, y de eso ya tenemos bastante.
***
Karen De León Otaño es sindicalista y feminista. Vicepresidenta del Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores y Trabajadoras (SEIU, Local 1996). Integrante de la Coalición 8M y del Junte de Mujeres Sindicalistas.
Comments