top of page

Labor Notes 2022, el movimiento obrero en Estados Unidos y el movimiento obrero en Puerto Rico

Por Jorge Lefevre Tavárez


Luego de una interrupción extendida de cuatro años a causa de la pandemia, la conferencia bianual Labor Notes volvió a celebrarse en Chicago. Si en su previa edición del 2018, con gran entusiasmo, se recibieron a más de 3,000 personas en lo que fue hasta entonces la edición más concurrida del evento, la de 2022 marcó un nuevo hito al superar las 4,000 asistentes.

El entusiasmo que generó la conferencia se explica por dos razones. En primer lugar, por el contexto actual del movimiento obrero en Estados Unidos. En segundo lugar, por lo que, dentro de este, representa Labor Notes.

El movimiento obrero en Estados Unidos durante la pandemia


El movimiento obrero y sindical está en una época de crecimiento y de renovado prestigio dentro de grandes sectores de los Estados Unidos [1]. El último año y medio ha sido de una intensidad de lucha obrera en Estados Unidos no vista en décadas. Como ejemplo, en menos de un año, más de 140 Starbucks se han organizado sindicalmente [2]. Los trabajadores y trabajadoras de Amazon triunfaron en su elección sindical. Incluso, durante la conferencia, se hizo pública la noticia de que, por primera vez, una tienda Apple gana unas elecciones sindicales [3].

Y esta intensidad no solo se ha caracterizado por el aumento en uniones obreras, sino también por el aumento en movilizaciones y militancia por estas y en las uniones existentes. El ejemplo más evidente se dio el pasado mes de octubre, en lo que se conoció como “Striketober”, por la cantidad de paros y huelgas que se vieron ese mes en distintos espacios laborales y geográficos de los Estados Unidos como respuesta a los abusos laborales que enfrentó la clase trabajadora durante la pandemia y el fortalecimiento relativo de los sindicatos y del movimiento obrero debido a la súbita necesidad de personas asalariadas. Se estimó que más de 100,000 personas participaron de paralizaciones laborales durante el mes, siendo quizás las paralizaciones de Kellog’s y de John Deere las más visibles [4].

La clase obrera se manifestó a lo largo del periodo de la pandemia, incluso más allá del sindicato o del espacio de trabajo en Estados Unidos, a través de una gran oleada de renuncias conocida en los Estados Unidos como “The Great Resignation” o “The Big Quit”. Se estima que más de 4.4 millones de personas renunciaron a sus puestos laborales en ese primer año de pandemia. Esto, a su vez, facilitó el que sectores organizados del movimiento obrero les arrebataran victorias a los sectores patronales, precisamente por la presión que tenían los patronos para no seguir perdiendo trabajadores y trabajadoras [5].


Chris Smalls, organizador de la unión en Amazón, participa del plenario inicial de Labor Notes 2022. Foto: Jim West.

Labor Notes como herramienta contra la burocracia sindical

Pero el auge del movimiento obrero no es lo único que explica la concurrencia de Labor Notes este año. La otra razón que la explica tiene que ver con la propia historia de la conferencia y lo que representa Labor Notes dentro del movimiento obrero.

Labor Notes tuvo su origen como una revista – que hoy día todavía circula – fundada por distintos sectores del movimiento obrero y socialista, con el fin de promover un sindicalismo clasista, militante, democrático y antiburocrático. En un marco más amplio, Labor Notes forma parte del contexto de la nueva izquierda (New Left) de los 1970 en Estados Unidos, que conllevaba una revaloración y revitalización del pensamiento y la práctica socialista.

Distintas organizaciones socialistas contaban con periódicos y revistas con una visión de lo que debería ser el movimiento obrero y sindical similar a la que se vería en Labor Notes. Pero el alcance de este material era limitado. Se proponía, por tanto, crear un espacio de discusión centrado en el movimiento obrero y sindical, para promover esta visión clasista y democrática. La revista contaría, se esperaba, con una difusión cada vez más amplia, pero que también enfatizaría la importancia de la educación obrera y sindical y de la necesidad de fortalecer los movimientos desde sus bases. En palabras del recientemente fenecido Mike Parker, si los socialistas pretendían tener influencia en el movimiento obrero, “había que tener un lago en el que nadar” [6]. Así, se fundó la revista Labor Notes en 1979, por un impulso de grupos socialistas que, sin embargo, apostaron por la independencia del proyecto nuevo [7]. Posteriormente, desde 1981, y con una asistencia de 576 personas, empezaron las famosas conferencias bianuales, en las que confluyen miembros de la base de los sindicatos estadounidenses, y solo muy, muy ocasionalmente parte de su liderato.

Por supuesto, muchas de estas personas que fundaron Labor Notes venían de tendencias trotskistas, como aquellas que ahora se agrupan en la organización hermana Solidarity. Y, en efecto, las pocas organizaciones socialistas que participaron del evento, como Solidarity y Socialist Alternative, forman parte de las diversas corrientes del trotskismo internacional. La necesidad de vincularse con el movimiento obrero y evitar cualquier sectarismo aislante es una constante de gran parte de esta tradición del marxismo revolucionario. La única otra organización socialista que vi presente fue Democratic Socialists of America, que ya es otro cantar…

En todo caso, Labor Notes fue, poco a poco, creciendo como proyecto. Poco después de fundarse, Labor Notes empezó a publicar folletos de educación popular, con temas que van desde cómo organizar el espacio del trabajo hasta cómo manejar quejas y agravios como sindicato. El libro Secrets of a Successful Organizer, por ejemplo, sirve como guía para saber cómo acercarse a los y las compañeras de trabajo, para así empezar un sindicato o buscar que este sea más democrático y cuente con mayor participación de base. El mismo ha sido traducido al español, también, con la consciencia de que se necesita impactar a la creciente comunidad latinoamericana en los Estados Unidos.


Otra tendencia importante de Labor Notes es el reconocer que las uniones tienen que ser lideradas por los y las trabajadoras, y no por los empleados u organizadores del staff. Esto, como un componente más de la necesidad de tener uniones democráticas, eliminando el control burocrático de estas.

La historia de Labor Notes, por supuesto, no es toda positiva. Ha recibido críticas en las últimas décadas por acercarse demasiado a ciertas burocracias sindicales que, en su origen, empezaron como miembros en caucuses de supuesta reforma interna. Algunas personas incluso afirman que, en momentos particulares, la revista no hizo las críticas que entendían necesarias hacia ciertos sectores de la AFL-CIO o la SEIU. Pero, dentro de todas sus contradicciones, Labor Notes sigue siendo el espacio de reunión y discusión de los sectores progresistas del movimiento obrero estadounidense. Y le ayuda el hecho de que, todavía hoy, la gran mayoría de las burocracias sindicales ven con mal ojo a Labor Notes y a la participación de sus afiliados/as en la conferencia.

Movimientos de reformas al interior del sindicalismo

Por todo lo dicho, Labor Notes 2022 no fue solo el espacio al que confluyeron las nuevas organizaciones sindicales con el entusiasmo de sus respectivas victorias, sino también los importantes movimientos de reformas democráticas dentro de las grandes centrales viejas del movimiento obrero en Estados Unidos. Y estas han tenido, también, grandes victorias en el 2021.

Uno de los casos más sonados es el de los tronquistas (“International Brotherhood of Teamsters”, en inglés), una unión histórica que agrupa a más de 1.3 millones de personas. Luego de tensos procesos de negociación de convenio en UPS – la unidad apropiada más grande que tiene la unión –, en los que la burocracia sindical del expresidente tronquista James P. Hoffa intentó ir por encima de un voto en contra del convenio, los caucus que buscaban reformas tuvieron una sucesión de victorias en elecciones internas. En primer lugar, lograron reformas democráticas que impedirán que en el futuro un comité negociador apruebe un convenio luego de que este fuera rechazado por la matrícula. Pero, además de esto, lograron que una plancha apoyada por el caucus democrático, Teamsters for a Democratic Union, saliera victoriosa, lo que incluye la elección del nuevo presidente tronquista, Sean O’Brien [8]. O’Brien corrió una campaña que incluía un voto de huelga en UPS a favor de los reclamos que no fueron atendidos en las negociaciones previas, y que pudiera movilizar a más de 300,000 empleados en el 2023, cuando expire el convenio actual.

Pero el caso de los tronquistas no es el único ejemplo. Dentro de United Auto Workers (UAW), el caucus Unite All Workers for Democracy (UAWD) lideró una campaña interna para lograr que la elección de los cuerpos directivos se dé a través del voto directo. La unión, que cuenta con 400,000 trabajadores/as activas y 600,000 retiradas, tuvo como impulso de militancia y de democracia interna la huelga masiva de octubre en John Deere. Los compañeros/as de UAWD esperan que esto pueda ser el inicio de una serie de reformas democráticas internas [9].


Foto del plenario inicial de Labor Notes 2022.


Más allá de los Estados Unidos


Si bien es cierto que la conferencia gira alrededor del movimiento obrero estadounidense, no sería acertado decir que se limitaba a él. Hubo sindicalistas invitados del movimiento obrero de Hong Kong – algunos exiliados desde hace algunos años en Inglaterra –, como parte de un componente internacional que buscan mantener en todas las conferencias. También hubo paneles sobre movimientos obreros en México. Particular atención se les dio a las uniones mexicanas de compañías multinacionales estadounidenses, como la victoria reciente del nuevo sindicato militante Sindicato Independiente Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Industria Automotriz (SINTTIA) en la fábrica de General Motors en Silao.

El viernes, también, auspiciado por Labor Notes y paralelo a la conferencia, se celebró el Encuentro Nacional Obrero, que agrupaba a los sectores latinos organizados en Estados Unidos y a los participantes latinoamericanos. Los paneles en los que participaron varios/as de las puertorriqueñas fueron co-auspiciados por el Encuentro Nacional Obrero. Hay mucho que decir sobre este esfuerzo, pero al Encuentro espero dedicarle una columna aparte en el futuro cercano.

La conferencia de Labor Notes organizó cientos de talleres a lo largo de todo el fin de semana, sobre temas prácticos (cómo crear un comité de negociación colectiva, 7 pasos para un boletín efectivo, qué hacer cuando tu sindicato te rompe el corazón) hasta algunos de los temas más históricos y coyunturales, como los que hemos mencionado hasta ahora. Lo principal de la experiencia fue el estar reunidos/as con miles de sindicalistas clasistas y militantes, discutir qué les ha funcionado y qué no, ver que tenemos los mismos desafíos y, en ocasiones, las mismas victorias. Pero, para condensar un poco la línea de este año, hago una lista de los/as oradoras invitadas de los plenarios de este Labor Notes:

Stacy Davis Gates, presidenta del Chicago Teachers Union; Michelle Eisen, de Starbucks Workers United, Sean O’Brien, presidente de los tronquistas, Chris Smalls, president de Amazon Labor union, Nolan Tabb, de UAW y UAWD; Marcia Howard, Minneapolis Federation of Teachers; Israel Cervantes, Casa Obrera del Bajío y SYNTTIA; Jon Schleuss, presidente de NewsGuild; Jessica Wender-Shubow, presidenta de Brookline Educators Union.

El espectro del Partido Demócrata


El público de Labor Notes probablemente representa uno de los sectores más progresistas de los Estados Unidos, por lo menos con respecto a sectores sociales de gran influencia (y excluyendo, por tanto, a pequeñas organizaciones sectarias). Por eso, quizás, el espectro del Partido Demócrata en las conversaciones y en la conferencia me resultó sorprendente y preocupante.

Aunque fuese a través de comentarios subyacentes o solapados, era de entender que un gran número de los compañeros que presentaban en los paneles intuían la necesidad de que la clase obrera participara en la política, sí, pero apoyando al Partido Demócrata. Incluso, cuando compañeros y compañeras trotskistas hacían duras críticas al Partido Demócrata, tildándolo correctamente de ser otro partido patronal y antiobrero, panelistas parecían estar de acuerdo y respondían que era importante que los sindicatos y la clase obrera no apoyaran a “corporate Democrats” (que quizás se pueda traducir como “demócratas corporativos” o sencillamente “demócratas patronales”). El adjetivo “corporate”, que agregaban los panelistas, demostraba que se abrían las puertas para apoyar a los demócratas que consideraban fuera de esta tendencia. Si bien es cierto que el Partido Demócrata es un monstruo heterogéneo (en el marxismo, no se puede simplificar; incluso la propia clase capitalista es heterogénea, y hay que reconocer las diferencias internas para entenderla a cabalidad), tampoco se puede tapar el sol con la mano, ni esconder los intereses de clase que representa el Partido Demócrata.

Quedaba claro, entonces, que aunque había motivos suficientes para que la clase obrera participara de lleno en los procesos políticos, no había una posición clara con respecto a la necesidad de la independencia política de la clase trabajadora, es decir, de la necesidad de que la clase obrera participe en la política con sus propios instrumentos de lucha, sin limitarse al cabildeo y sin participar apoyando los “menos malos” dentro de los partidos patronales.

El momento en el que con mayor claridad se vieron las afinidades con el Partido Demócrata fue, por supuesto, en el plenario de la noche del viernes, que contó como orador invitado a Bernie Sanders. Bernie fue, de hecho, quien cerró la actividad. Y, si bien es cierto que los ánimos en ese plenario eran profundamente electrificantes, el revuelo que se formó cuando entró a hablar fue incomparable. Gritos de “Run, Bernie, Run”, animando al senador de Vermont a correr nuevamente para la presidencia de los Estados Unidos fueron constantes y mayoritarios. Por supuesto, se debe evitar simplificar; Bernie Sanders evidentemente no es representativo de los demócratas. De hecho, entre todos los oradores invitados en los tres días de conferencia, fue quien con mayor claridad criticó a las grandes desigualdades del sistema económico dominante en los Estados Unidos, y la naturaleza de clase del gobierno y de este sistema económico. Fue, por tanto, el único capaz de rebasar el espacio laboral estricto para denunciar todo el andamiaje de la economía capitalista. Sin embargo, sabemos que sus dos campañas a la presidencia, a la vez que han popularizado el socialismo en Estados Unidos de una manera que hubiese sido impensable hace diez años, han sido, también, presas del Partido Demócrata, y se ha visto incapaz de romper con la estructura demócrata, aún cuando sectores progresistas al interior de su movimiento se lo han pedido.

Esta limitación parecerían, igualmente, vivirla algunas de las estructuras más ligadas a estas campañas. Democratic Socialists of America padece la misma agudeza en la crítica al sistema económico y la misma inhabilidad de rompimiento con el Partido Demócrata [10].


Pero sería un error el aislarnos de espacios como Labor Notes (y las organizaciones hermanas en Estados Unidos han dicho lo mismo sobre DSA). Estos continúan siendo el lago en el que podemos compartir con personas que creen que una sociedad alterna es posible, que debería ser obra de la clase trabajadora. Además, necesitamos estar en estos espacios para impulsar nuestros programas políticos y sindicales, estar en contacto con quienes difieren de nosotros, y evitar así el convertirnos en sectas, como tantas otras organizaciones a nuestro alrededor.

Puerto Rico en Labor Notes

Participé de esta conferencia en una doble faceta. Principalmente, fui como miembro de Democracia Socialista, que auspició mi participación en la conferencia. En el pasado, el Taller de Formación Política envió camaradas a conocer los debates entre sectores progresistas del sindicalismo norteamericano. Esto no parece ser una práctica común de las corrientes socialistas en Puerto Rico.

Pero, en parte, Democracia Socialista apoyó mi participación por ser sindicalista, parte de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios y de su cuerpo directivo. No iba a nombre de ella, pero sí como parte de ella. Democracia Socialista apostaba a que me pudiera nutrir de la experiencia de Labor Notes no solo como miembro de una organización socialista sino también como miembro de una organización obrera.

La decisión de Democracia Socialista de enviarme a la conferencia se dio al inicio del 2022. En el momento, no sabía ni esperaba que hubiese una participación puertorriqueña amplia en la conferencia. En el camino, sin embargo, se fue creando entusiasmo en que un grupo de la isla participara, en parte motivada – entiendo yo – por la asistencia continua de la Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR) y conversaciones dentro del Junte de Mujeres Sindicalistas. Finalmente, fuimos 10 personas, provenientes de 4 uniones: la FMPR, el Movimiento Solidario Sindical, el Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores y Trabajadoras y la APPU [11]. Eventualmente, por razones del azar, terminé participando en dos paneles con algunas de las compañeras de Puerto Rico, y en uno de ellos explícitamente como miembro de la APPU.

Esta confluencia llevó a que Labor Notes tuviese un significado doble: por un lado, como una manera de conocer a sectores progresistas dentro de los Estados Unidos, y formarse uno mismo como sindicalista en su propio espacio; por otro lado, como una manera de reafirmarnos como parte de un conjunto que allá se presentaba unido, como “movimiento obrero de Puerto Rico”. Así se nos veía y así se sentía, a pesar de la fragmentación que conocemos y que se percibe tan pronto se regresa.

La experiencia fue, para todos/as, importante, y espero que las compañeras puedan, también, comentarlas, documentarlas y escribirlas. Es posible que esta participación represente un punto de partida para que participe una delegación más amplia de Puerto Rico en conferencias futuras, y que se pueda transmitir este mismo optimismo en la clase obrera y este sentido de unidad en un movimiento que necesita de ambas cosas, y mucho más, para adelantar sus intereses de clase.


¿Cómo trasladar el entusiasmo a Puerto Rico? Primeras reflexiones

La experiencia de participar en Labor Notes fue extraordinaria. Dentro de todas las contradicciones que se aprecian en el movimiento obrero en Estados Unidos, se sintió una verdadera esperanza en el poder y la capacidad del movimiento obrero para poder hacer un cambio, incluso transformar de fase la sociedad capitalista. Esa esperanza es, quizás, una de las mayores contribuciones que se obtiene al participar de eventos sindicales como este.

Pero la esperanza y las enseñanzas hay que trasladarlas a Puerto Rico. Este es el ejercicio más importante y, a la vez, el más difícil.

Si bien es cierto que la economía estadounidense – y la mundial – temen la posibilidad de una próxima crisis, latente desde el 2008, esta sigue siendo una economía creciente. Digamos, por tanto, que el movimiento obrero organizado tiene, entre sus fortalezas, la propia fortaleza relativa de la economía capitalista en Estados Unidos. Las contradicciones de clase se dan dentro de una economía industrial importante, y esa propia economía facilita la organización de la clase trabajadora.

En Puerto Rico, vivimos una crisis estructural iniciada en el 2006. Se han perdido más de 200,000 empleos en esta crisis. El empleo manufacturero cayó en 80,000 como efecto de la eliminación de la Sección 936. El empleo en el sector privado se ha desplomado, y parte de este derrumbe se ha visto en las tasas de sindicalización del sector privado.


Desde finales de los 1970, el peso del movimiento obrero se movió hacia el sector público. Las extremas medidas de austeridad desde la crisis del 2006, por tanto, han debilitado los elementos más importantes e influyentes del movimiento obrero. Estas medidas incluyen duros golpes en el movimiento obrero del sector público: la privatización de sectores importantes del servicio público, el despido de más de 30,000 empleados públicos como efecto de la Ley 7 y las continuas aperturas al retiro acompañado por la política de congelación de plazas. Mientras una economía estadounidense hasta ahora “estable” permite el fortalecimiento de su sector sindical, la economía derrumbada de Puerto Rico lo limita.

Por otro lado, aunque estemos acostumbrados a hacer referencia a la baja tasa de sindicalización en Puerto Rico, en Estados Unidos los números no resultan tan distantes como uno pensaría. Según el U.S. Bureau of Labor Statistics, apenas un 10% del total de personas asalariadas forma parte de una unión (33.9% en el sector público y 6% en el sector privado). En Puerto Rico, la tasa de sindicalización es de 6.21%, aunque si incluyéramos a las organizaciones bonafides (donde se encuentran organizados, los empleados municipales, la APPU – por ahora –, y otros/as trabajadoras), la cantidad de personas organizadas aumenta a 9.97% [12].

Además, aunque la tasa de sindicalización ha estado, en el mejor de los casos, estancada en Puerto Rico, si no en abierto declive, también es cierto que ha habido campañas exitosas de organización en años recientes. Más de 200 mecánicos y mecánicas de Lufthansa Technik se sindicalizaron con la Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales en mayo de este año. Poco después, los trabajadores de limpieza de la compañía que ofrece servicios en el Hospital de Veteranos se ganaron una elección sindical tan reciente como este mes [13].


A esto se le añade las elecciones sindicales en la Universidad de Puerto Rico, donde organizaciones bonafides pasaron a ser reconocidas como sindicatos al amparo de la Ley 130: la Unión Bonafide de Oficiales de Seguridad (UBOS), la Federación Laborista de Empleados del Recinto Universitario de Mayagüez (FLEURUM) y la Hermandad de Empleados Exentos No-Docentes (HEEND). Por otro lado, los meses de enero y febrero de 2022 presenciaron protestas, por vías de ausentismo (“flus”), en sectores no-organizados o de difícil organización, como los enfermeros y enfermeras, los/as empleados del sector de restaurantes, los policías municipales, los bomberos, etc. En ese sentido, aunque no haya aquí el entusiasmo y el renacer del movimiento obrero en Estados Unidos, tampoco deberíamos caer en el derrotismo, o en nociones de moda pero poco fundadas en la realidad que hablan de un Puerto Rico con una reducida clase trabajadora o en una supuesta era posindustrial en el que la lucha de clases ya no tiene cabida.

La diferencia más grande entre ambos contextos, además de la dramática diferencia en la salud de la economía de cada país, quizás sea el lugar estratégico en el que ciertas luchas sindicales y obreras ocurren. En On New Terrain. How Capital is Reshaping the Battleground of Class War (Haymarket, 2017), el sindicalista Kim Moody establece que los cambios en la economía estadounidense y la composición de su clase trabajadora llevan a que los sectores en los que con mayor facilidad se puede paralizar la economía son, ya no tanto los industriales (aunque no se deben desatender), sino los comerciales o de transportación: los grandes almacenes de Amazon, de Walmart, etc. En Estados Unidos, las luchas en el correo federal, en UPS y en Amazon representarían un empoderamiento importante para la lucha sindical.


En Puerto Rico, aunque un contexto muy distinto, hemos visto la capacidad de paralización que tienen las distintas organizaciones de transportación (Frente Amplio de Camioneros, Camioneros Unidos, los trabajadores/as de los puertos de ILA), que pueden, en poco tiempo, incluso poner de rodillas a la Junta de Control Fiscal [14]. El sector comercial, por otro lado, demuestra una estabilidad en términos de ganancias y cantidad de empleos poco común para el periodo de crisis que vive Puerto Rico. Un movimiento obrero puertorriqueño unido pudiera aprovechar la fortaleza estratégica de estos sectores para golpear, como un mismo movimiento, a la clase patronal, en sus distintas luchas económicas y políticas. Nuestra fragmentación, sin embargo, no nos ha permitido planificar de manera estratégica nuestra convergencia, nuestro crecimiento, el dar este golpe unido.

A pesar de los cantazos recibidos, del estado crítico en el que se encuentra, seguimos insistiendo en trabajar desde el pueblo trabajador y, hasta donde sea conveniente, dentro de sus estructuras. Las razones son estratégicas: los sindicatos suelen ser estructuras nacionales, que agrupan a miembros del pueblo trabajador en su gran heterogeneidad; tienen la ventaja de que parten de unir a quienes representan en búsqueda de adelantar e impulsar sus intereses. Eso último, además, es el factor clave: los sindicatos promueven el conflicto con el patrono. En la medida en que el sindicalismo se fortalece, se permite oponerse no solo al patrono sino también al sector patronal. A la larga, pueden fortalecer la lucha contra la sociedad patronal, es decir, la sociedad capitalista [15]. Los sindicatos no reemplazan a la clase obrera, y no deben entenderse como un sector aparte de los y las trabajadoras no organizadas [16], pero son elementos importantes de la clase. Por eso, conviene insistir en ellos, en organizar trabajadores/as, en democratizar las estructuras existentes. Por eso, también, Labor Notes resulta un espacio importante incluso para el movimiento obrero puertorriqueño.


Esperemos que la participación puertorriqueña este año sea el inicio de una relación de colaboración amplia en el futuro.

Notas


[6] Nelson Lichtenstein, “Assessing 40 Years of Labor Notes”, https://labor.history.ucsb.edu/news/announcement/543.

[7] Uno de los fundadores de Labor Notes, Kim Moody, redactó una breve historia del periódico se que se puede conseguir en línea. “Laber Notes: the Rank and File Paper of Record”. https://jacobin.com/2016/08/labor-notes-rank-and-file-reform-unions-concessions-labor.

[10] https://www.leftvoice.org/the-dsas-2021-convention-consolidates-its-rightward-turn/.

[11] “Delegación boricua a conferencia de Labor Notes”, https://rumboalterno.net/2022/06/delegacion-boricua-a-conferencia-de-labor-notes/.



bottom of page